sábado, 12 de junio de 2010

NacionesFundamentales (2de2)

MiMonstruoFaborito
Donde viven los idealistas
No creo en las naciones impuestas en la superficie. Dudo de las fronteras impuestas por marcos geográficos. Aborrezco las delimitaciones religiosas. Discrepo que existan confines entintados por los colores de la piel. Condeno los cotos incompatibles de las ideologías. Combato las líneas dispares de la sociedad y celebro cualquier inexistencia de todo lo anterior entre culturas. Acepto los contrastes. Iré más allá: las personas que amo son tan distintas a mí que es la misma incompatibilidad lo que fuerza los lazos. Veo en ello, como los Privilegios de la vista, la única forma de solventar lo que humanamente es posible; como un lugar Donde viven los idealistas.
. Prefiero creer en las naciones que el arte impone para revitalizarse a sí mismo; en las naciones creadas en los sueños de San que se brinda con esos enormes ojos pávidos y entusiastas. Prefiero creer en las risas brindadas y los abrazos sinceros; en los tiempos de lluvia, el sol de la tarde y la sal en la piel de toda mujer; en la música, la pintura, la poesía y todo lo que estremezca verdaderamente. Prefiero creer en el olor del sexo de las amantes, los sonidos del amor, los ojos cerrados que alivian el esfuerzo y los olores que se guardan en las manos; en la esperanza, el rojo, las lágrimas que serán y en Fenix




http://www.youtube.com/watch?v=rAfcBwYuNDU&playnext_from=TL&videos=slUqXvdzyTY

viernes, 11 de junio de 2010

Nacionesfundamentales (1de2)

Donde vienen los idealistas
Grow some big feet, holes in history
Is where youll find me, is where youll find
All is love, is love, is love, si love
Karen O & The Kids en «Where the wild things are»

En 1963 apareció por vez primera Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are). La novela, escrita por Maurice Sendak (NY, 1928) e ilustrada por Harper & Row, fue al instante un ícono para la literatura infantil. La recepción que hizo la sociedad euro apabulló todo texto anterior; ahora es un libro fundamental para la educación. Según las encuestas del 2009, el 75% de los niños alemanes no sólo lo conocían y lo habían escuchado por la lectura de sus padres, sino, además, tenían el ejemplar en su recámara. El porcentaje de los niños ingleses, holandeses, franceses y norteamericanos va por rangos del 60 al 40%. Fascinante. Tomando como base esta obra, el año pasado Spike Jonze (Maryland, 1969) dirigió un filme (http://wherethewildthingsare.warnerbros.com) con la hipnótica banda sonora de Carter Burwell, Karen O., and The Kids reunida en el disco Las Horas perdidas. . La historia se desarrolla en un universo imaginado, habitado por seres completamente extraños a nuestra percepción física. Dice la contraportada, impresa en español por Alfaguara, que «Las travesuras llevan a Max a su habitación castigado y sin cenar. Encerrado entre esas cuatro paredes, imagina un viaje fantástico al país de los monstruos, donde se convertirá en el rey. [es] Un libro para aprender a domar monstruos…». Su lectura es el retorno al mundo travieso que nos ataca en los recuerdos. Seguir a Max es acompañarnos a nosotros mismos a/por hermosos viajes simbólicos que nunca nos sacaron de la habitación para llevarnos a tiempos pasados, a tiempos futuros a tiempos míticos; a revolvernos con los dolores que aprendemos de las leyes gravitacionales; a enfrentar miedos para volver a despegar infinitamente… Es el lugar del eterno ciclo imaginativo de nuestra infancia que, como la de Max, podía esperar a cenar con la familia. ¿Recuerdan?

http://www.youtube.com/watch?v=rAfcBwYuNDU&playnext_from=TL&videos=SHo3NpAA3SM

Fotografías que se vuelven portadas

  Gabriel Casas, Día del libro , Barcelona, 1932 Fotografías que se vuelven portadas brevísima historia de un retrato   Edgar A. G. En...