Un bestiario (Bestiarum vocabulum) es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas e incluso rocas. La historia natural y la ilustración de cada una de estas bestias se solía acompañar con una lección moralizante, reflejando la creencia de que el mundo era literalmente la creación de dios, y que por tanto cada ser vivo tenía su función en él. Por ejemplo, el pelícano, del que se creía que se abría su propio pecho para dar vida a sus polluelos con su propia sangre, era, a través de su sacrificio, una viva representación de Jesus de Nazaret. El bestiario es una referencia al lenguaje simbólico de los animales en la literatura y el arte de occidente. Estas fotografías son, además de ser la muestra de la post-visita de Santiago al «Circo Atayde Hermanos», la evidencia de sus primeras fotografías, y el anhelo de un padre porque su hijo se apasione por este hermoso arte.
Aquí, el bestiario inocente y apasionado de un niño de cinco años.