miércoles, 27 de febrero de 2019

Un argumento para dos notas curiosas


Diablillos Pintores y Brujas marcadas
Un argumento para dos notas curiosas

Edgar A. G. Encina
Este artículo fue publicado en la revista cultural Crítica. Fondo y forma.




diablillo pintor
Con algo de acento guasón, en una nota periodística de más de dos minutosAtresmedia[www.atresmedia.com] dio a conocer «El fraude de las pinturas rupestres declaradas Bien de Interés Cultural de Cádiz». Se trata de unas pinturas ubicadas en lo alto de un pedregal montañoso en Algodonalesque, en 1985 por su aparente similitud con trazos prehistóricos, fueron nombradas Bien de Interés Cultural, pero que son obra de un autor contemporáneo.
El principio de la historia se escribió cuando la Junta de Andalucía [www.juntadeandalucia.es]promovió el nombramiento,orillado por las conclusiones delsimposio de Altamira en el que un matrimonio de excursionistas llegara a relacionarsu hallazgo con arte del paleolítico. La trama se ha desvelado 30 años después cuando Manuel Román, vecino del lugar, aseveró que el autor de aquellos dibujos es Diego Escorza Márquez, «Dieguito», oriundo de allí.
         La reportera corresponsal Elena Álvarezacometió que«…recuerdansubiendo a esta sierra para pintar a lo largo de este tajo unas doce pinturas de animales o también de tribus danzando que se asemejan a las pinturas rupestres. Pero, es que también allá arriba hay dibujos de La Santa Cena o de unasMeninas. Son pinturas al óleo, nada qué ver con las prehistóricas. Por eso, aquí… lo tienen claro. No hay misterio qué resolver. El artista se llama Dieguito…»

Brujas marcadas
Imposible que no llamara mi atención el título que The Guardian[www.theguardian.com] dio a esta información: «Hundredsof symbols at gorgecould be Britain’sbiggestcollectionofprotectivesigns». Se trata de una nota que advierte la existencia de marcas apotrópicasenel desfiladero de piedra caliza deCreswell Crags, en East Midlands, Inglaterra,casadel Museum&PrehistoricGorge. Home of the Ice Age Hunter[www.creswell-crags.org.uk].
         Tales marcas son letras, símbolos y patrones que, según expertos, sugieren que «este lugar es la entrada al “inframundo”» y puestas para alejar los malos espíritus. Se afirma que esos símbolos tallados están allí para «disuadir influencias dañinas o malignas», coincidentes con las estampadas en puertas y ventanas de casas e iglesias construidas entre los siglos xvi y xix, cuando el asunto de la brujería era de preocupacióngeneral.
         Entre las marcas que sobresalen están «vs», «pms» e «is» en referencia a la Virgen María o Virgen de vírgenes, Pace María y Jesús. Estas filigranas conocidas como «Marcas de brujas»fueron asociadas a la protección, a la manera de losamuletos, más que a algún símbolo religioso. Lo importante, afirma Ronald Hutton, es la cantidad,«porque esas marcas pueden encontrarse por toda Gran Bretaña». Luego de su identificación en octubre pasado, el acceso al público ha sido limitado, pero está la posibilidad de darse una idea en un video que corre por redes sociales con el título «Witches’ Marks».

Un argumento
Debí recomendar para esta lecturaescuchar Boum(Verve, 1959)interpretada por BlossomDeariey el Agnus Dei(EpicSoundtrax,1967)de Samuel Barber, porque no encuentro otra forma de caracterizar las distancias entre las historias de un pueblo que dejó crecer la mentira del arte prehistórico y la cueva en medio de un bosque de la que pueden entrar o salir entes maléficos. Empero, ambas informaciones conectan con un ejercicio visual; las pinturas y las marcas son productos originarios de un individuo y de personas que aluden al gen original humano. Refieren expertos que los niños de todo el mundo, cuando todavía su«cultura» no ha permeado, más o menos antes de los tres años, son idénticos y podemos verlo en sus dibujos, los cuales cambian con el tiempo.
Teniendo en cuenta esto, en ambos relatos descubro tiempos personales y tribales que exponen momentoscandorosos, pues cuando la aventuray el pensamiento mágico dominan los cieloses posible hacer la andanza en el monte apenas con los pinceles a cuestas o al temer la oscuridad en la cueva descendente. Anécdotas que,entre la curiosidad, lochispeante y la superstición asoman lo que fuimos, lo que somos.



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