Aquí otra vez, los labios memorables, único y semejante a vosotros. / He persistido en la aproximación de la dicha y en la intimidad de la pena. / He atravesado el mar. / He conocido muchas tierras; he visto una mujer y dos o tres hombres. / He querido a una niña altiva y blanca y de una hispánica quietud. / He visto un arrabal infinito donde se cumple una insaciada inmortalidad de ponientes. / He paladeado numerosas palabras. / Creo profundamente que eso es todo y que ni veré ni ejecutaré cosas nuevas. / Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a la de todos los hombres.
[Jorge Luis Borges,«Mi vida entera» en Luna de enfrente (1925)]
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