[de la serie «De las Bibliotecas a LA BIBLIOTECA»]
De las casi mil Bibliotecas públicas y de educación que existen en
Zacatecas, algunas merecen mención ya por su actividad constante –como la
Mauricio Magdaleno-, ya por su horizonte de investigaciones resultantes –como
la Central de la UAZ-, ya por los descubrimientos y promesas –como la Elías
Amador-.
Sin embargo, no existe una que albergue la sola
producción estatal. Falta una Biblioteca Zacatecana, a la manera de las
nacionales, que cobije, seleccione, catalogue y de espacio para la consulta del
material bibliográfico producido por las instituciones públicas, privadas y
esfuerzos particulares. Una Biblioteca Zacatecana que además de descubrirse en
coexistencia con las otras públicas, también se reconozca en la preexistencia
de las privadas y establezca un convivio armonioso con los archivos.
Falta una Biblioteca Zacatecana –con mayúsculas- y quizá
en tiempo de conmemoraciones revolucionarias sea el momento justo de
anunciarla. Partiendo de un ejercicio legislativo que pida-obligue a que toda
obra presentada en el estado sea entregado uno o dos ejemplares, el 2013 puede
ser el año en que se marque el inicio de la identidad filológica de Zacatecas.
Partiendo del ejercicio gubernamental, el 2013 puede ser el tiempo que provea
de espacio y presupuesto para un funcionamiento adecuado y a futuro planeado.
Este año que conmemora batallas y vive batallas, bien puede traer aíres calmos
en otra formas de otras batallas, la del intelecto, la del espíritu. O qué
mejor forma de hacer revolución que revolucionando de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario