sábado, 18 de mayo de 2024

ChapGPT en el ensayo, la academia y las universidades



ChapGPT en el ensayo y las Universidades

 

Edgar A. G. Encina

  

Al cierre de este semestre una estudiante entregó un ensayo en el que abordó varios aspectos de la propuesta editorial de Los Libros del Perro. Se trató de un documento que cumplió con los aspectos formales que la academia exige a una persona en etapa formativa del grado como número de cuartillas, cantidad de obras citadas, metodología y/o teoría establecida, desarrollo coherente. Presentó buen tejido de ideas con soporte más o menos conciso y argumentos peliagudos que nos provocaron al debate —una vez más— sobre qué elementos distinguen a una casa editorial independiente de los grandes sellos y de la producción estatal y paraestatal.

         La discusión entre el grupo se produjo en la búsqueda por distinguir los elementos autónomos que las editoriales emergentes e independientes tienen a la hora de seleccionar temas, autores y maneras, aunque personalmente me había enganchado en un detalle del texto. Es, fue la primera vez que alguien presentaba un escrito, en alguno de mis cursos, con referencias formales al uso de ChatGPT. Lo señalé de forma pública e hice hincapié en la honestidad intelectual de citarlo, porque en anteriores sesiones había descubierto otros casos con nodos argumentales y párrafos explicativos que no congeniaban con las maneras escriturales. De aquí me quedo con dos preguntas: ¿cómo y por qué los estudiantes utilizan ChatGPT en sus labores escolares? Y ¿cuáles son las implicaciones éticas, académicas y neuroeducativas?



         Los estudiantes, confesaron, utilizan esta herramienta para sus labores académicas. Lo tienen normalizado. No es que me halla sorprendido, en los manuales de edición y corrección de estilo que trabajo en mis cursos solicito que se aclare cuándo y cómo lo hacen. El evento de que lo viera por vez primera es lo que me limpió la visión, como hacen los limpiaparabrisas del auto. Se ha tratado de una experiencia iniciática de la que debo avanzar. Por ejemplo, sé —porque le pregunté— que esta herramienta que han dado en llamar Inteligencia Artificial puede ayudar a verificar la gramática, estilo, coherencia, claridad y concisión, organización, referencias, citas y contenido relevante. Por ahora no hace las labores del corrector de estilo ni del dictaminador, sino del opinador que —veo algunos comentarios de expertos— repite una bonita letanía redactada por un algoritmo que busca quién sabe qué.

         De camino a casa he tenido una experiencia bífida. Por un lado, he caído en cuenta de la necesidad de tomar par de cursos sobre IA. Por el otro, me vino a la memoria Petrarca. Quiero entender la funcionalidad de esa herramienta y lo que está provocando en el mundo académico y las investigaciones, para entender a qué me enfrento y cómo reaccionar. Por ahora sólo tengo prejuicios. Antes utilicé la imagen-analogía del limpiaparabrisas, pero la de Francisco Petrarca (1304-1374) esclarece mejor dónde me encuentro. Con La ascensión al Mont Ventoux (Cuadernos del Horizonte, 2019) del 26 de abril de 1336, el italiano «inicio de la actitud moderna ante el paisaje», superando a la contemplación sólo como estado de goce, introduciéndose «a lo desconocido». El relato cuenta que llegó a la cima de la montaña con Las Confesiones de san Agustín en mano. Con esa lectura pudo observar sobre las «cosas terrenales» y «admirar el alma», produciéndose una tensión entre la «mirada moral y la mirada estética», escribe Martínez de Pisón.



         Esta ascensión ha sido muy útil para soportar filosófica y estéticamente el arribo del pensamiento moderno y/o cómo vemos lo que vemos. Es la transición espiritual del Medioevo al Renacimiento. El viaje y la coronación de Petrarca en la cima de Ventoux representa, entre otras cosas, lo consciencia de los límites y la posibilidad de superarlos. Esto, más o menos, me sucede con la experiencia que relato al inicio. Siento la necesidad de llegar a la cima para visualizar los lindes de la IA en el mundo universitario y creativo y, entonces, saber si habré de entenderlos y, sobre todo, imaginarlos. Por ahora, está claro, apenas preparo una mochila y botella de agua. El camino será largo.

 

P.D. ChapGPT se ha ofrecido a revisar estas líneas. Me debato en hacer o no el ejercicio.

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