ChapGPT en el ensayo y las Universidades
Edgar A. G.
Encina
Al
cierre de este semestre una estudiante entregó un ensayo en el que abordó varios
aspectos de la propuesta editorial de Los Libros del Perro. Se trató de un
documento que cumplió con los aspectos formales que la academia exige a una
persona en etapa formativa del grado como número de cuartillas, cantidad de
obras citadas, metodología y/o teoría establecida, desarrollo coherente.
Presentó buen tejido de ideas con soporte más o menos conciso y argumentos peliagudos
que nos provocaron al debate —una vez más— sobre qué elementos distinguen a una
casa editorial independiente de los grandes sellos y de la producción estatal y
paraestatal.
La discusión entre el grupo se produjo
en la búsqueda por distinguir los elementos autónomos que las editoriales
emergentes e independientes tienen a la hora de seleccionar temas, autores y
maneras, aunque personalmente me había enganchado en un detalle del texto. Es,
fue la primera vez que alguien presentaba un escrito, en alguno de mis cursos,
con referencias formales al uso de ChatGPT. Lo señalé de forma pública e hice hincapié
en la honestidad intelectual de citarlo, porque en anteriores sesiones había
descubierto otros casos con nodos argumentales y párrafos explicativos que no congeniaban
con las maneras escriturales. De aquí me quedo con dos preguntas: ¿cómo y por
qué los estudiantes utilizan ChatGPT en sus labores escolares? Y ¿cuáles son
las implicaciones éticas, académicas y neuroeducativas?
Los estudiantes, confesaron, utilizan
esta herramienta para sus labores académicas. Lo tienen normalizado. No es que
me halla sorprendido, en los manuales de edición y corrección de estilo que
trabajo en mis cursos solicito que se aclare cuándo y cómo lo hacen. El evento
de que lo viera por vez primera es lo que me limpió la visión, como hacen los
limpiaparabrisas del auto. Se ha tratado de una experiencia iniciática de la
que debo avanzar. Por ejemplo, sé —porque le pregunté— que esta herramienta que
han dado en llamar Inteligencia Artificial puede ayudar a verificar la
gramática, estilo, coherencia, claridad y concisión, organización, referencias,
citas y contenido relevante. Por ahora no hace las labores del corrector de
estilo ni del dictaminador, sino del opinador que —veo algunos comentarios de
expertos— repite una bonita letanía redactada por un algoritmo que busca quién
sabe qué.
De camino a casa he tenido una
experiencia bífida. Por un lado, he caído en cuenta de la necesidad de tomar
par de cursos sobre IA. Por el otro, me vino a la memoria Petrarca. Quiero
entender la funcionalidad de esa herramienta y lo que está provocando en el
mundo académico y las investigaciones, para entender a qué me enfrento y cómo
reaccionar. Por ahora sólo tengo prejuicios. Antes utilicé la imagen-analogía del
limpiaparabrisas, pero la de Francisco Petrarca (1304-1374) esclarece mejor
dónde me encuentro. Con La ascensión al Mont Ventoux (Cuadernos del
Horizonte, 2019) del 26 de abril de 1336, el italiano «inicio de la actitud
moderna ante el paisaje», superando a la contemplación sólo como estado de goce,
introduciéndose «a lo desconocido». El relato cuenta que llegó a la cima de la
montaña con Las Confesiones de san Agustín en mano. Con esa lectura pudo
observar sobre las «cosas terrenales» y «admirar el alma», produciéndose una
tensión entre la «mirada moral y la mirada estética», escribe Martínez de Pisón.
Esta ascensión ha sido muy útil
para soportar filosófica y estéticamente el arribo del pensamiento moderno y/o
cómo vemos lo que vemos. Es la transición espiritual del Medioevo al
Renacimiento. El viaje y la coronación de Petrarca en la cima de Ventoux
representa, entre otras cosas, lo consciencia de los límites y la posibilidad
de superarlos. Esto, más o menos, me sucede con la experiencia que relato al
inicio. Siento la necesidad de llegar a la cima para visualizar los lindes de
la IA en el mundo universitario y creativo y, entonces, saber si habré de
entenderlos y, sobre todo, imaginarlos. Por ahora, está claro, apenas preparo
una mochila y botella de agua. El camino será largo.
P.D. ChapGPT se ha ofrecido a revisar estas líneas. Me debato en hacer o no el ejercicio.