viernes, 24 de abril de 2009

"Sobre el surrealismo hispanoamericano: el fin de las habladurías" de Octavio Paz


El surrealismo ha sido la manzana de fuego en el árbol de la sintaxis / El surrealismo ha sido la camelia de ceniza entre los pechos de la adolescente cada noche poseída por el espectro de Orestes / El surrealismo ha sido el plato de lentejas que la mirada del hijo pródigo transforma en festín humeante de rey caníbal / El surrealismo ha sido el bálsamo de Fierabrás que borra las señas del pecado original en el ombligo del lenguaje / El surrealismo ha sido el escupitajo en la hostia y el clavel de dinamita en el confesionario y el sésamo ábrete de las cajas de seguridad y las rejas de los manicomios / El surrealismo ha sido la llama ebria que guía los pasos del sonámbulo que camina de puntillas sobre el filo de sombra que hace la hoja de la guillotina en el cuello de los ajusticiados / El surrealismo ha sido el clavo ardiente en la frente del geómetra y el viento fuerte que a medianoche levanta las sábanas de las vírgenes
El surrealismo ha sido el pan salvaje que paraliza el vientre de la Compañía de Jesús hasta que la obliga a vomitar todos sus gatos y diablos encerrados / El surrealismo ha sido el puñado de sal que disuelve los tlaconetes del realismo socialista / El surrealismo ha sido la corona de cartón del crítico sin cabeza y la víbora que se desliza entre las piernas de la mujer del crítico / El surrealismo ha sido la lepra del Occidente cristiano y el látigo de nueve cuerdas que dibuja el camino de salida hacia otras tierras, otras lenguas y otras almas sobre las espaldas del nacionalismo embrutecido y embrutecedor / El surrealismo ha sido el discurso del niño enterrado en cada hombre y la aspersión de sílabas de leche de leonas recién paridas sobre los huesos calcinados de Giordano Bruno / El surrealismo ha sido las botas de siete leguas con que se escapan los prisioneros de la razón dialéctica y el hacha de Pulgarcito que corta los nudos de la enredadora venenosa que cubre los muros de las revoluciones petrificadas del siglo XX / El surrealismo ha sido esto y esto y esto y esto, pero aquí cierro la llave de la enumeración, abro el cajón de las retribuciones, saco unas orejas y colas de burro y adorno con ellas a varios críticos y revisteros locales.

jueves, 23 de abril de 2009

[Nicanor Parra]

Hasta la última gota» de Betzabe Romero]

Durante medio siglo

La poesía fue

El paraíso del tonto solemne

Hasta que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
Echando sangre por boca y narices.

Vicente Huidobro

Este es aquel que durmió muchas veces / Allí donde hay que estar alerta / Donde las rocas prohíben la palabra / Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar / Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves / He aquí las llaves
[V.H.]

domingo, 12 de abril de 2009

FéniX[Abra] Bicéfalo[Kadabra]

[Del canto a unos apuntes para ver a De la Torre Cordero]
[parte primera: el fuego hasta el final]
Puede ser el hilado de un viejo canto de la «I» o el destilado de una bebida que se hace en dos tragos en la botella de la «P». Sólo él sabe; no lo revela por el escrúpulo de desnudarse o en el temblor de encontrarse perdido en sus tonos o en la angustia del fascinador cuando franquea su ocultismo. No desenmascara sus secretos, sin embargo en el canto o en el trago los hace evidentes. Es un hombre que pronuncia lenguajes antiguos, rescatando los preceptos centenarios para transformar a su «Sirena de tierra». Su ser se desliza en los tiempos sin segundero, en los pasos del viejo mago camino a un nuevo hechicero. Su tinta es la del patriarca que centra su fuerza en la palabra para, en la novedad, hallarse en el gusto y la atracción por la mirada. Los hechos le hacen dar traspiés, caídas, contradicciones. Sus pinturas son lo otro: el soplo de lo que es conciso. Џ Decir la palabra mágica contiene su propia animalidad bicéfala. Plasmar su universalidad: abraxas, es entrar en una voz cabalística escrita en once renglones, con una letra menos en cada uno de ellos, de modo que formen un triángulo, a la cual se atribuye la propiedad de curar ciertas enfermedades.[i] Al preparar el óleo la repite, pues la usa en todo encantamiento. La suele utilizar de dos formas, aunque prefiere la última por facinerosa y poética. La primera, fuente del arameo, אברא כדברא, [ii] es una afirmación mística del «Yo creo como hablo». La segunda, proveniente del hebrero, Aberah KeDabar, reza que «Iré creando conforme hable» o, mejor aún, «Envía tu fuego hasta el final».[iii] Џ Digo antes que es un mago que se traduce en dos tiempos. Una de esas fases es la conservación renovada. Por ejemplo, Igual que los gnósticos, cuando desliza el pincel une las letras para poder curar, por eso aunque no utiliza el pergamino virgen con forma de letra griega delta su vox nova lo renace como el Fénix que le quema los entresijos. O, cuando esos viejos maestros doblaban el pergamino y lo colgaban con una cuerda de lino al enfermo igual lo hace con quien posee una de sus obras. Mago que renueva los arcaicos conocimientos de la numerología y la letra pintada.[iv] Esta fórmula mágica ha servido en todos los tiempos para invocar la ayuda de espíritus benéficos, empleada por vez primera en un tratado médico gnóstico de Serenas Séptimo Severo.
[i] Cfr. Diccionario de la Real Academia de la Lengua, edición 2008. [ii] En Arameo: אברא כדברא, se lee avrah kahdabra y «significa lo más arriba». [iii] La primera refiere a una traducción más literal. La segunda, «Envía tu fuego hasta el final» es una traducción atribuida a Eduardo Galeano. [iv] La tradición afirma que la letra «A» representa la unidad del primer principio, el agente intelectual y el activo. Que la «A» unida con la «B» representa la fecundación del binario por la unidad. Y, así, que la «R» es el signo del ternario que representa la fusión que resulta de la unión de los dos principios. Afirmaban que el número once agrega la unidad del iniciado al denario de Pitágoras. Luego el «66», el total de letras del triángulo y el «12», que cabalísticamente es el cuadrado del ternario y la cuadratura mística del círculo.

jueves, 2 de abril de 2009

Three-B. What is the ear of the eye?/What is the feeling of seeing?/The sigh of color? [serie I.Guardado]

[d]Escrivir / [des]Cifrar lo/a Guardado
[última parte]



En su estructura se silabea un puente, que en sustancia ese era el mítico fundamento: el lugar por el que los hombres pueden acercarse a dios. Puentes que conectan lugares, mundos, estancias; que se abren a lo ajeno, fructifican en la visita. Es un puente metálico que se sostiene de rocas que inscriben ese lenguaje novedoso, divínico, fuera del nosotros para los otros. Un puente que se regodea en «La grafostática» elizondeana:


I
Si una o varias fuerzas obran
sobre tu cuerpo a la vez
guardarás el equilibrio
aplicando al mismo punto
una fuerza equivalente
pero en sentido contrario
II
Si varias fuerzas se aplican
a un mismo punto del cuerpo
en direcciones opuestas
guardarán el equilibrio
aunque pierdan el sentido
III
Si el cuerpo está en equilibrio
lo conserva aunque le apliquen
otras fuerzas que a su vez
se equilibran entre sí.
[i]


Un puente que nos abre los tiempos por venir, los del conocimiento universal, los que simbolizan la misma Universidad. Un puente que se clava en la tierra y conecta con el arriba. Un puente que es un arado, fuente del trabajo del campo. Un puente que circunda la tierra para de ella hacer nacer el alimento, producirnos la vivir.
ψ Escribe Zamiatín que «[s]i no tenemos herejes debemos inventarlos ya que la herejía es esencial para la salud. Es el único remedio contra la entropía del pensamiento humano».[ii] Así, Ismael Guardado se construye a la perfección como el cismático que revela los antiguos secretos. Apóstata que, dice Samperio, en «[l]a materia de los entes que surgen en los cuados de Guardado remite a la substancias primigenias de la creación, al barro y al campo, como pequeños dioses de una religión centrada en lo cotidiano tocado por lo mítico».[iii] Hereje, cismático, apóstata: sinónimos formadores de la idea del hombre-dios que revela, trae, los secretos, lo oculto, a los demás. ψ No se entienda mal. Leamos el sacrilegio de Guardado como lo encuentra Mandelstam, cuando:


estas palabras nos traicionan como uvas robadas
cuelgan como ciudades de arrebato
y bajo el purgatorio temporal del cielo
olvidamos a veces
que el substituto feliz del paraíso
es una casa que dure una vida
y que no podamos llevar a todas partes con nosotros.
[iv]


Una casa que se queda clavada en el campus para vivirla; no habitarla. Un hogar que al preguntarse por el oído de los ojos, por las sensaciones de la vista, por la vista del color, descubre el mítico lenguaje de su creación, intrínseca y familiar. Una casa que desnuda en los viejos libros traducidos en el arte forjado en hierro sostenido por canteras. ψ La escultura monumental del/en el Campus siglo XXI tiene esa categoría del decir lo impronunciable, por ello recorre al mito, al viaje bíblico, al recorrido apologético. Es un arado, sí. Es un arado, metáfora consecuente del estar aquí, en este mundo, lejos del paraíso. Es la encarnación que da el artista a la perdida edénica. La obra es la nueva Arca que no contiene físicamente ningún trofeo ni secreto pero que aguanta el esoterismo que le fue confiado. En ella caben las ciencias y las humanidades, la política y la divergencia, la doxa y la paradoxa, cuerpos y espíritus iguales y desiguales, números, palabras, estridentismos, silencios… ψ La construcción es, también, un puente con el tiempo: lo que es y será. No sólo del tiempo, con los siglos que nos acompañan: en el que nacimos y habremos de morir. También con los paradigmas: una vida más larga y saludable, una mente que trastoque los límites preconcebidos, un espíritu que aletee por doquier en sinfónico canto. Individuos libres. Seres de costumbres ad hoc in tempore. Personas hijas de su tiempo. La creación es, además, la recreación humana de la universitas. Es acrópolis melancólica de Ismael Guardado. Es santuario que nos da la felicidad pensante, la tristeza humana, los puentes invisibles, las conexiones sagradas, los asilamientos con lo propio.


[i] Salvador Elizondo, «La grafostática» en Revista de la Universidad de México, Nueva época, Núm.48, Febrero de 2008, pp.56 a 57.
[ii] Evgueny I. Zamiatin, Nosotros, España, Ediciones Akal, 2008.
[iii] Guillermo Samperio, Ismael Guardado en el carel 50-5 Homenajea a Ismael Guardado, Zacatecas, marzo de 2009.
[iv]Ósip Mandelshtam, El rumor del tiempo, Madrid, Alfaguara, 1991.

miércoles, 1 de abril de 2009

Three-A. What is the ear of the eye?/What is the feeling of seeing?/The sigh of color? [serie I.Guardado]

[«¿Qué es el oído de los ojos?» / «¿Cuál es la sensación de ver?» / «¿La vista del color?»]
[Ver, como Adolfo Castañón a Luis Gal]
Pensar, crear, son estados de liberación que tienen un alto costo. Nada nos fue dado. Nada nos es otorgado sin esperar nada a cambio. Nada parece pertenecernos porque el tiempo pasó, es y vendrá; con ello las ideas son las mismas sólo el plan difiere. Lo insignificante tiene su costo: respirar, ver, sentir…, todo se suma a una deuda que en conciencia se vuelve incosteable, por ello esta melancolía de vivir. Pienso a Ismael Guardado en los tiempos de creación de la escultura monumental Campus Siglo XXI, de la Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas». Lo veo en su estado incólume, cuando en ese lapsus del silencio de la conciencia original, que es la significación primaria, donde –afirma Merleau-Ponty- aparece lo que las palabas y las cosas quieren decir para darse los actos de denominación y expresión.[i] En soledad. En un eterno silencio que aturde. En tragedia, luego de que «[e]l tiempo –escribe Alberto Sabino- había dejado caer un teloncito triste sobre el espectáculo hechizado de los espejos»[ii]: el despojo de lo propio para la hedonismo visual de/en la otredad. Debió, Guardado, debatirse en las noches, entre los murmullos de los soñadores y los pesares de los funestos sin dormir. Debió recorrer calles, subir escaleras, tomar baños de sol, caminar entre callejones y ver cine. Debió refrescarse o cubrirse del frío, viajar en asientos ajenos, en avión, por autobús, en coches sin ruido que lo alejaron del afuera y beber agua fresca. Debió leer y recurrir a la memoria, tomar apuntes, olvidarse de sí mismo, abrazar a su mujer, comer delicias que lo distraían y hacer el amor. Debió vivir una vida para llevarla a su escultura y verla, en imagen onírica, quedarse en medio de edificios volando para significar el viejo mito y los nuevos paradigmas. Debo afirmar, primero, que la obra –parafraseando a Sephine Witthers-, es una flecha en la catedral universitaria que nos puede decir una pista en el cielo cuando nuestra alma está pendiente. Igual que con la preocupación de la noche, las estrellas indican los puntos de esperanza en el cielo. Esta flecha inmóvil también indica un nombre interminable. Estos son los puntos en el infinito. El problema va más allá de hacer un trabajo de armonización, de un delicado equilibrio perfecto, su labor está en conseguir que el matrimonio de la materia y el espacio, por la unión de formas reales con las formas creadas, obtenidas o sugeridas por los puntos establecidos o perforaciones sea natural, como la ley del amor que, aunque confusa, nos hace inseparables los unos de los otros; así como el cuerpo y espíritu. La puerta abre puertas.[iii] Guardado fundamentó su creación en otro mito bíblico: el del «arca de la Alianza». Según la Biblia, esta Arca, que medía 1,31ctms., de largo por 78ctms., de alto y ancho simbolizaba la manifestación física de la presencia de Yaveh, fue hecha con madera de acacia negra. En su decorado, una guirnalda de oro la rodeaba en su parte superior, en ambos lados llevaba fijos cuatro anillos de oro en los cuales se insertaban dos pértigas de acacia y sobre la tapa del cofre descansaban dos querubines, todo revestido en oro. Su interior contenía «Las Tablas De La Ley» escritas por Dios mismo, la vara florida de Aarón y un vaso de mana. Estaba guardaba en el Templo de Jerusalén y se llevaba al frente de batalla cada vez que había una guerra. Así, el Arca simboliza, en la tradición judío-cristiana, la unión de Yahveh con su pueblo, a ello debe su nombre. Luego desapareció con la destrucción del templo de Jerusalén por el rey Nabucodonosor. Sin embargo, el Arca de Guardado no conservar las mismas proporciones físicas, pues la de él es magna, pero salvaguarda el valor simbólico. La escultura en el Campus siglo XX es un Arca, pero más próxima a las palabras de Samuel Beckket. Es

La luna alejada
de la órbita solar
un cuarto y medio
de circunferencia
aflige el epicentro vital.
[iv]

Un Arca maravillosa, que aturde como el sonido del oleaje próximo a la tormenta embistiendo tierra con su potencia descomunal e hiriente a los rallos semidesérticos que la poseen en medio de ambulantes sosegados en su micro cosmos.


[i] Cfr. Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, Barcelona, Planeta Agostini, 1994.
[ii] Alberto Sabino, Nuove Chose Sull’ironia,
[iii] Sephine Witthers, Julio González. Sculpture in Iron, Nex York, 1978, p.141.
[iv] Samuel Beckett, Compañía.

De las Presentaciones de libros

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