Nada bueno queda
de la guerra. Nada. Aún cuando mucho esfuerzo se gaste por encontrarla
purificante, como golpe de conciencia y la fortuna para los sobrevivientes, como
un retrato oscuro al que siempre ver cuando el espíritu se quiebra. Nada bueno queda
de la guerra. Nada. Sólo cuando la humanidad recuenta sus vejaciones, el dolor,
la soledad, es que el arte y los relatos nos rescatan. Nada bueno queda de la
guerra. Nada. Y, sin embargo todo está ahí.
En el número especial de la revista Anales
de Historia del arte, de la U.C.M. (diciembre
de 2014, Vol. 24, Issn 0214-6452, Issn-e 1988-1941) con el tema «Nuevas miradas a la Historia del
Arte», puede leerse un ensayo mío con el título «Imágenes encontradas de una
guerra. Un acercamiento al “Libro Bellamente ilustrado” en el siglo xix mexicano» (pp. 175 a 184).
Tu lectura me honra.
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