viernes, 22 de enero de 2016

Cinco temas que explica César Encina

Angel with trumpetCentury xviii,  South of Germany, Kettererkunst


El arte de la interpretación musical

Cinco temas que explica César Encina


Edgar A. G. Encina

Artículo publicado en el suplemento «Crítica. Fondo y forma».



El sonido del clarinete emula al canto de un ave y al de cien más; su hálito rodea al viento y apenas, casi como el chocar de las ramas de los árboles, es posible percibirlo. Sin embargo, cuando él toca solo la sala de conciertos entera parece flotar; liviana por ese sonido de terca libertad elegante, el clarinete y su intérprete le quitan pesadez al sonido. Este año he iniciado los cuestionamientos con César Tomás Encina Arroyo quien, en una extremis sinceridad, se ha puesto a escribir de la experiencia personal de ser concertista y maestro de música, de su eterna e inagotable búsqueda por la perfección, de las modas en los conciertos y en los oídos del que camina con los audífonos por las calles, y sobre todo ha acentuado el carácter formativo de la música que sensibiliza, humaniza.
Cesar Encina (Zacatecas; 1973), además de ser docente-investigador en la Unidad Académica de Música desde 1992, es el Clarinetista Principal de la Camerata del Estado de Coahuila a la que ingresó en 2000 y, en la ciudad, le hemos podido escuchar Orquesta Filarmónicade Zacatecas (ofilzacque dirige el maestro Alfonso Vázquez Sosa. Estudió la licenciatura en la Universidad Autónoma de Zacatecas, aunque ya había iniciado su aprendizaje con la Banda Sinfónica del Estado, y tomó cursos de especialización en la Escuela Nacional de Música de México.
César, que en abril de 2013 causó un gran revuelo con la entrevista que le hizo Janea Estrada para el suplemento cultural «La gualdra» de la Jornada Zacatecas, tiene una vida trajinada entre dos ciudades y plácida por estar siempre entre conciertos y sonidos para los oídos educados. y en una batalla que parece nunca verá el final. Lector, en las siguientes líneas encontrarás las palabras de un hombre que con tiento opina sobre música y cultura y, al momento, descubrirás reflexiones que denotan asertividad, sosiego, equilibrio.


·       Creatividad musical y creación en la interpretación
Una de las cuestiones que más mencionan, por lo menos desde hace dos siglos, es acerca de la creatividad o el alma de hacer música. Si partimos de las dos corrientes estéticas, donde una afirma que el músico, interprete o ejecutante, debe sujetarse a lo que “diga” la partitura, sin darse ningún tipo de libertades emocionales ni viscerales, y sólo debe basarse en las indicaciones del compositor, así como del estilo, siguiendo una línea en el formalismo musical y no en el idealismo romántico; en este caso la creatividad pasa a segundo plano, pero creo que no se debe encasillar al intérprete y mucho menos a la música (arte del tiempo). La creatividad va mas allá de un alfabeto musical, pues al combinarse ella el lirismo y la intuición, el ejecutante debe estar consciente de muchos aspectos al momento de hacer música. Desde que entra a una sala se piensa en la temperatura, la calidez de las luces, la silla misma, la altura del atril, la humedad o sequedad y, sobre todo, la acústica. Todo esto es un reto para el ejecutante; dominar y saber manejar lo anterior es clave para un mejor desarrollo del concierto y la fluidez creativa en ese único momento.
La preparación intelectual es de años, no basta cursar las materias institucionales; es escuchar y escuchar más música, diferentes versiones y conocer las diferentes épocas, compositores, directores, orquestas, solistas, etc. El estudio de la historia permite saber y conocer el por qué de las diferentes etapas de la música, de sus intérpretes, de las obras, ya que todo es un tejido social con fondo histórico. Todo esto respalda la creatividad y, más que ser un instrumento, el ejecutante se convierte en parte de ella, pues -me atrevo a decir- la interpretación se transmuta en una nueva forma de arte. Todas las artes temporales, como la música, requieren de la interpretación para vivir más allá del instante de su creación. La obra temporal debe ser confiada a un tipo de grafía que sea capaz de preservar su imagen, por eso lo que en un principio es una necesidad se convierte en una forma adicional de arte: el intérprete.
El intérprete necesita y tiene que leer la partitura, lo que se difumina son los límites prescritos y los personales, pues como parte de este sutil arte del tiempo, el intérprete siempre está influenciado por su personalidad, creando y dando vida a la obra. Filósofos y musicólogos de nuestro siglo refieren a que en la interpretación se encuentra la verdadera naturaleza de la música y que esta es esencialmente improvisación. La interpretación-ejecución es un acto creativo de improvisación; ese contacto de orden casi físico, instintivo con la obra musical, sus pausas, sus flexiones, el flujo melódico y sus vibraciones, no pueden ser escritas ni expresadas en la partitura, son hechos por el interprete que los vive física, mental y anímicamente. La partitura es solo un esquema a seguir para encontrar el equilibrio musical de la obra que difícilmente se podrían plasmar de manera gráfica, por eso es tan difícil hablar de creatividad musical.

·       Enseñanza musical, los retos de crear.
Se pueden tener estudios en pedagogía, pero lo que reafirma la manera de cómo enseñar música es la experiencia. Las generaciones no son las mismas, atraviesan por diversos cambios que determinan su proximidad con la música. El alumno no puede catalogarse sólo por querer estudiar música, lo determinan varios aspectos como la edad, los motivos, las formas de contacto, nivel socio-cultural y, sobre todo, las aptitudes. No basta con desear con toda fuerza ser músico sin las aptitudes para la disciplina. ¿O sí? Aquí entramos en otro dilema de años “¿el músico nace o se hace?” A mi consideración, el músico “nace” con aptitudes especiales que le permiten llegar a tener cierto nivel como ejecutante, con lo cual llegara a tener una vida activa y profesional; “se hace” cuando cuenta con aptitudes y actitudes suficientes que, mediante el estudio y la práctica, podrá llegar a ser ejecutante profesional. Pero, estamos hablando de música, una disciplina que combina tanto líneas metafísicas como matemáticas a las que el ejecutante debe sumar la propia singularidad en la expresividad de su intrínseca musicalidad, tema que no todos poseen, que no todos nacen con ella.
Como docente, busco en primer lugar motivar, pero no sólo a tener calidad como ejecutantes, también a que tengan los conocimientos humanos para crecer. Siempre insisto en la lectura, en escuchar música de manera consciente, a saber y conocer todos los aspectos de este oficio, siempre buscando calidad y no cantidad. Que sean ellos mismos los jueces de su desempeño, y que lo hagan consientes de sus habilidades, educación, familia y más. En la música hay que ser muy riguroso. Las necesidades y exigencias son diferentes en cada alumno, pues en todos hay variaciones en las metas y logros, con las que se va bosquejando lo que será su vida musical. Las bases son las mismas y del dominio individual del instrumento se decide la historia de su vida.

·       Crisis creativa.
Desde que se tienen reseñas de las primeras manifestaciones y producciones musicales, estamos hablando de la época griega, siempre han existido expresiones populares o no cultas. Dudo que la producción musical pase por una crisis. La música es reflejo del contexto histórico, siempre ha respondido a híbridos por qué y para qué, a diferentes necesidades en disparejas etapas históricas cambiantes. El compositor del siglo xvii obedecía a un oficio casi de manera servil, en cambio el compositor del siglo xix vivía la música de otra manera, donde el compositor y ejecutante no eran parte de la servidumbre. Sí hay producción musical, sin embargo la música contemporánea no es tan popular en las salas de conciertos que llenan cuando programan a los grandes compositores: Mozart, Bach, Beethoven, Hayden, Mendelsson, ect., de los que, recordemos, muchos de ellos no gozaron de reconocimiento en su época, como pasa con la música de nuestro tiempo. Recalco, el contexto social e histórico determina el acercamiento y producción musical de las diferentes sociedades.

·       Creatividad o des-creatividad desde la academia.
Un tema controversial en el enmarcado de los planes de estudio de nuestro país, es el lugar que debe de ocupar la enseñanza de la música. Primero, el plan de estudios que se implementa es una copia o varias copias de planes de estudios que no corresponden a la idiosincrasia del mexicano, esto ya determina el valor de las artes y de la música. Las clases de música en las instituciones públicas y privadas (en su gran mayoría) apenas cumplen con la responsabilidad de rellenar un horario y como no se tienen planes de estudio a seguir (sólo con que se cumpla al final de año se pueda interpretar “La oda a la alegría”) los conocimientos básicos son nulos. Es allí donde se enfatiza el perfil docente basado en la experiencia y capacidad para identificar posibles aspirantes a continuar su formación musical en una institución profesional, ya que los primeros años son determinantes en la consolidación como ejecutante. La música forma el carácter en el niño, le da un sentido nuevo a la disciplina y desarrolla sus habilidades intelectuales. Es decir, la educación musical en nuestro en etapas básicas no sirve de nada si se les entiende como tercer plano de la educación, por eso no existe un equilibrio en la música popular y de concierto, por eso no existe educación musical para asistir a la sala de conciertos, acentuando la premisa de que “la buena música no se hizo para las masas”, sobre la que se elaboran los planes de estudio en nuestro país.

·       Qué música en México
La música popular nunca dejará de existir, ni en México ni en ninguna parte del mundo. Siempre a existido y seguirá sonando, ahora que las maneras son distintas si se contrasta con otros países occidentales donde los niveles educativos y de formación permite un acercamiento más “equilibrado” entre estas las manifestaciones musicales. En México, el que escucha no tiene la suficiente capacidad de distinguir cuando existe calidad por la falta de educación, y no sólo hablo de música. Recordemos que la música es el reflejo de las sociedades, no basta con tener una orquesta con sede en cada capital estatal sin contexto sociocultural donde la población pueda aprender y valorar la música de concierto. Todo, hasta siempre, se resume a una sola premisa fundamental: educación.

·       Cinco conciertos que ver en Youtube para iniciar el año
Dances from Galanta de Zoltán Kodály con la Orquesta Filarmónica de Berlín y el solo de clarinete de Karl Heinz Steffens.
«Elpajarillo» por Jordi Savall en el álbum Hesperion xxi.
El llibre vermel de Montserrat dirigido por Jordi Savall
 «Quintetopara clarinete Op. 115, 1. Allegro», de Brahams.
«Concierto para piano no.2: Il Andante» de Dimitri Shostakovich.

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