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12 Nuevas reglas para
pensar la Constitución como pretexto
Los
Nuevos Movimientos Sociales expuestos por Iván Noé Martínez Ponce
Edgar A. G. Encina
Artículo publicado en el semanario cultural Crítica. Fondo y forma.
Iván Noé Martínez Ponce (Chihuahua;
1975)
es doctor en Sociedad y Cultura Contemporánea por la Universidad de Alicante y
docente en la Unidad Académica de Derecho de la uaz,
en la que también realizó estudios. Su curriículum
profesional, además de ubicarle como colaborador-asesor en Procuraduría General
de Justicia del Estado y como antiguo Cronista adjunto en la Capital del
Estado, entre otras cosas rastreables en la red, ha publicado artículos,
impartido cátedra y colaborado con instituciones educativas y de procuración de
justicia en México y España.
Esta
ocasión, para la serie: «Individuos
que en su andar hacen nuestra ciudad», sólo he sugerido un tema y, para
responder, plantea doce nuevas reglas que, de a poco, nos apabullan con
certeros argumentos. «Constitución y constitucionalismo» y lo que Martínez
Ponce hace es adjetivarlo, subponerlo debajo de un pensamiento individual que
pondera el bien común. ¿Será este el re-neo-liberalismo que se explica los
desafíos y daños y futuros, o sólo la voz levantada por un hombre que sabe leer
y escribir? Estamos frente a la perspectiva crítica de un hombre que es crítico
y proponente, para muestra las siguientes líneas, lector.
Cero.
Los preliminares.
Es necesario,
antes de hablar de la Constitución, realizar procesos reflexivos que permitan
entender nuevas reglas para pensarla. En este sentido, existe en sociología un
teorema básico: «Cuando las personas definen una situación como real, esta será
real en sus consecuencias». Así, me interesa proponer, en los siguientes de
diez párrafos, argumentos de los que se pudieran desprender, por el lector,
reflexiones en torno a la emergencia de entender a la Constitución y demás
ordenamientos jurídicos, como construcciones que han de ser definiciones de la
realidad.
La
realidad social no sólo es resultado de una construcción humana, además los
sujetos se transforman en actores y buscan la recomposición de su mundo de
vida. En esta oportunidad, es de interés escribir sobre el papel de los Nuevos
Movimientos Sociales (nms) en el
contexto de la globalización, entendiendo estos como puntos de partida para
iniciar a pensar: ¿Constitución para qué y desde dónde?
Uno. El escenario.
Asistimos a un
resquebrajamiento de las instituciones en cuanto dejan de ser factores de
identificación de los individuos. Las instituciones, públicas o privadas, se
encuentran en crisis; aún más, el Estado-nación y su soberanía están siendo
modificados por la globalización, generada por las acciones de las grandes
empresas mundiales que desembocan en un proyecto totalizador que, a su vez,
tiene como resultado heterogeneidad social y cultural. Esa heterogeneidad está
caracterizada por el anonimato y, según Touraine, por la
desinstitucionalización y desocialización. Es decir, frente al sueño Kelseniano
de transición hacia el Estado-mundial (globalización) los sujetos dejan de
tener confianza en las instituciones públicas perdiendo el sentido de
pertenencia en el mundo de lo que clásicamente se entendía por sociedad.
Dos. Dessocialización
Las
instituciones se alejan de las necesidades de los sujetos centrándose,
primordialmente, en el control de la información-comunicación como medio para optimizar
sus beneficios económicos. Aún más, las instituciones despersonalizan y dessocializan
a los sujetos, que dejan de definirse en relación con la sociedad pudiendo
encontrar definición por ellos mismos. Estamos frente al rompimiento de la
sociedad civil con la sociedad política, donde se desprendería la necesidad de
una patente institucional para intervenir en los asunto del Estado.
Tres. Desestructuración.
Se puede afirmar
que la visión del sujeto, como ser social y agente económico racional, se
enfrenta a la desinstitucionalización de la sociedad que buscan reconstruir a
partir de elementos que, aunque desestructurados, constituyan pequeños retales
que formaban, en el pasado, una experiencia integrada y que, en el presente,
generan sentimientos de angustia e inseguridad. Esta pérdida se manifiesta en
la disminución de la autonomía del sujeto para la elaboración de su mundo de
vida, mundo que oscila entre una realidad impuesta por las instituciones
político-administrativas y la necesidad de un sentido subjetivo de calidad de
vida.
Cuatro. Re/construcción
En este
escenario, nos encontramos ante la emergente necesidad de impulsar nuevas
formas de organización y participación social que busquen la construcción de
nuevas instituciones y la conformación de canales de participación que permitan
hablar del mundo y ser parte de él. Ello implica un necesario replanteamiento
de las instituciones, la sociedad, la ciudadanía y los puntos de interconexión
entre ellos.
Cinco.
Nichos sociales
Frente a los efectos de
la globalización, los sujetos tienden a aglutinarse al interior de grupos donde
se comparte una visión de mundo y, por tanto, generan estrategias para
encararlo. Así, en casos, esos grupos se convierten en movimientos sociales que
intentan transformar su mundo. Tienen como elemento primordial la búsqueda de
una respuesta en base a nuevos códigos simbólicos-culturales, que: i) aglutinan a los sujetos que los
componen, ii) les proporciona una
narración, iii) es un espacio
simbólico para la elaboración de principios y valores que les dan identidad
como grupo y iv) les permite la
generación de estrategias para enfrentar la realidad social a la que se oponen
o rechazan. Se trata, desde luego, de los denominados Nuevos Movimientos
Sociales «nms» que implican la
pertinencia de replantar problemas como: sistema de representación, democracia,
Estado de Derecho, políticas públicas, confianza en las instituciones,
participación ciudadana y muchos etcéteras.
Seis.
Nms.
Hablar de nms implica encontrarnos frente organizaciones
que dan cuenta de movimientos surgidos en el último tercio del siglo xx. Su existencia suele ubicarse,
principalmente, como: i) reacción
a los problemas originados por los efectos del crecimiento sin atención pertinentemente,
ii) una transformación de las
sociedades industriales occidentales surgida en paralelo a la reestructuración
de las relaciones sociedad, estado y economía, iii)
el cambio en los valores y la búsqueda de bienestar no relacionada a factores
económicos, iv) reacción contra la
modernidad por su carácter alienante y v)
respuesta a una crisis cultural que activa movilizaciones con posiciones críticas.
Estas construcciones teóricas enunciadas posicionan a los nms como una reacción a la modernidad,
desfasando y tensionando la visión de mundo de las instituciones y el no
institucional, implicando pérdida de credibilidad. Se vive en una realidad
social con políticas públicas y construcciones jurídicas, que evaden la
evaluación de los impactos sociales, en cuanto categorías que no generan
capitales políticos.
Siete. Resignificación.
Los nms
tienen buscan formas organizativas en pos de cambios simbólico-culturales, cambio
que implica la necesidad de los sujetos por recuperar su mundo de vida. Esta
recuperación, más allá de la obtención de oportunidades políticas o
disponibilidad de recursos, se centra en la construcción de sentimientos
compartidos, en la búsqueda de auto organización y/o en el respeto a la
pluralidad. Se puede afirmar que cuando un movimiento se enfrenta a los
aparatos políticos lo hace en nombre de nuevos códigos culturales, como
respuesta simbólica Se entra, así, en el campo de lo simbólico y, por ende, de
la identidad; conceptos que chocan con la institucionalidad política que se
niega a evolucionar respaldándose en constructos legales alejados de la
realidad social.
Ocho.
Sentido colectivo.
Al interior de
los nms se movilizan recursos simbólicos
y materiales para llevar a cabo acciones en base a fines establecidos,
partiendo del sentido colectivo de una realidad que les parece dislocada. De
esta manera, los sujetos son capaces de definir y confrontar su situación con
las definiciones situacionales elaboradas desde las instituciones y los conjuntos
normativos que les dan vida.
Nueve. Nuevos requerimientos
Nos encontramos
ante la necesidad de ejercicios reflexivos que permitan entender una nueva
forma de sociedad y, por lo tanto, nuevos requerimientos para la construcción
de canales de comunicación que logren la conformación de ordenamientos
jurídicos que integren y generen sujetos y actores nuevos.
Diez. El final, el inicio.
Finalmente, más
que hablar de la Constitución, es necesario escribir
sobre las maneras de entender y conformar la realidad social. Esto obliga a
preguntarnos: ¿Constitución para qué y desde dónde? Los constitucionalistas,
los especialistas del derecho y los actores sociales en general, deben buscar
análisis transdisciplinarios que unan la realidad con la ley, que reconozcan en
el derecho la definición de la situación. Al final, “Cuando las personas
definen una situación como real, esta será real en sus consecuencias”.
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