martes, 1 de diciembre de 2009
El mundo [a los 6 años]
martes, 24 de noviembre de 2009
Era 1925 cuando...
domingo, 8 de noviembre de 2009
Correspondencia respondida
Gracias por tomarte la molestia de reflexionar sobre mis palabras. Me interesó mucho la forma en que planteas la cuestión. En el salón, con tus alumnos, sentía que de muchas maneras estabamos de acuerdo. También sé que igualmente, en varios puntos estamos en desacuerdo. Lo podríamos plantear así, con Schopenhauer, al que también citas en tu ciberepístola, la obra tiene varias dimensiones, algunas de ellas se corresponden al ámbito del sentido --podrían ser aquellas que se refieren al aspecto objetivo de la experiencia, para citar ahora la Crítica del Juicio, de K.--, se pueden desplegar ahí varios sentidos, comentarios, pueden ahí arrancar las interpretaciones ---esta dimensión podría ser llamada, de acuerdo con el mismo Schopenhauer, exotérica. A partir de ahí, o de golpe, podría suceder la reconducción hacia el grado esotérico de la obra. Empleo aquí esotérico no en un sentido sobrenatural, sino schopenhaueriano --y está bien, adorniano--: el fondo de la obra es su no-hablar, más allá, su inhumanidad: la compasión del arte para con el hombre reside precisamente en eso, en su ser in-humano, no-humano, en el sentido de Lyotard y en cierto modo también en el de Ortega y Gasset: el sentido del arte es interrumpir el sentido, si dicha experiencia, la estética, es conducida al sentido, entonces la experiencia queda extinta. Iba a decir algo ahí, en la sesión, un poco todavía más provocador y polémico, el sentido de la experiencia de la obra de arte es tautológico (lo ha dicho Kosuth, pero yo no lo digo como Kosuth): el sentido de la obra de arte... eso está mal planteado! (claro eso pienso yo), el sentido de la experiencia estética es la experiencia estética, el sentido del análisis es el sentido del análisis de la experiencia estética, pero no la experiencia estética. Los conceptualistas (por eso digo que no lo digo en el sentido de Kosuth) querían un arte que girarara lingüísticamente, como la filosofía, un arte que se pudiera reducir a la idea de la obra de arte. Kant opina que lo bello artístico place sin concepto, creo que acierta: silencio sapiente, o hiato del sentido, este es el hiato: lo que interrumpe el discurso, aunque, estoy de acuerdo contigo, lo interrumpe con un canto, o con un ruido, o un aullido. La refracción al sentido, la experiencia de separación del principio de razón, de la explicación, del Conocimiento, el detener el mundo (y nuestro mundo está hecho de palabras --Paz-- esa casa del ser --Heidegger--) es la tarea del arte, según el mismo Schopenhauer. El otro decir, lo otro del decir, lo que no es reducible a la palabra: incluyo las artes literarias como receptáculo de ese silencio. No quería entonces decir que la interpretación, el análisis, etc., pertenciera a il dolce far niente, al contrario. He aquí la paradoja, a ese silencio se llega --en el arte-- a partir del sentido, ese silencio no es anodino, es un punto de resistencia de frente al mundo articulable. Ese silencio no tiene una sola temperatura, no tiene un sólo valor. Podríamos decir que es insípido, pero no anodido. Podríamos decir que es abúlico (según el propio Schop.), pero no cómodo. No a modo del sentido. Es la actividad más peligrosa de todas. La escucha. Una quote de Ch. Simic: la poesía es un orfanatorio del silencio. Finalidad sin fin, dice Kant, exageremos: significación sin sentido; pero lo sin-concepto incesantemente indecido. Palabras no domesticadas por el sentido. Entonces el trabajo del crítico es árduo, no más fácil, no más sencillo, no consistiría en decir: "amigos, dense cuenta de que esto no quiere decir nada"; al contrario, eso quiere, y eso quiere indecir el más indeterminado de los algos. cuando es así, pero no cuando no.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Correspondencia
. No. La obra no permanece en silencio –no puede, no debe: no quiere-. Tampoco el crítico le secunde [¡oh, negación de todas las negaciones!, estuvo a punto de vaticinar el Profeta]. ¿No sería esto, acaso, negar todas las posibilidades a priori de las que Kan habló antes? ¿Dónde está la representatividad del mundo shopenhauniano? Niego, también, el rito que venera lo contrario; el verbo multiplicador de significados donde el ser impar es sabedor de la única y real verdad. Soy en todo caso, afín otra idea, la que arguye que la obra de arte produce constantemente ruido: sonidos y silencios que desentonan haciéndola casi inaudible, inexpresable. El papel del crítico es modularla, desde su propia máquina con sus herramientas [tradición y continuidad: el tiempo como eje procreador]: crear de ese sinsentido una armonía, formada, sonora perceptible, que aluda y aullé para el deleite o la tragedia. œ Quizá estás sean líneas prematuras que cayeron en tu provocación.
lunes, 26 de octubre de 2009
martes, 20 de octubre de 2009
[·R··3·]
lunes, 19 de octubre de 2009
[·R··2·]
En Cartas a un joven novelista, Mario Vargas Llosa afirma que la gran novela se tiene desde las primeras líneas. Dice, por ejemplo, que su grandeza la podemos intuir o escuchar o sentir porque su inicio es contundente y mágico.[1] Cervantes nos llevó a vuelo en su Don Quijote… partiendo «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme […]»,[2] Rabelais con sus Gargantúa y Pantagruel, nos desconectó de los convencionalismos cuando nos hizo sus
Renunciad a toda afección,
[1] Cfr. Mario Vargas Llosa, Cartas a un joven novelista, España, Planeta, 1997.
[2] Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, España, RAE, AAL, Española, Santillana editores, 2004, p. 27.
[3] François Rabelais, Gargantúa y Pantagruel, México, Brugera ediciones, 1977, p. 55.
[4] Dante Alighieri, La divina comedia, México, Ediciones selectas, 1982, p. 11.
[5] Juan Rulfo, Pedro Páramo, México, Planeta, 1987, p.7.
sábado, 17 de octubre de 2009
[·R··I·]
pero suelen callar sobre éste y otros temas
Javier Acosta en «Vida sentimental de la secoya»
[2] Cfr. George Steiner, Los logócratas, traducción de María Condor, México, F.C.E., Ediciones Siruela, 2007.
[3] Cfr. C. C. Martinadale, «A Sketch of life: St. Augustine» en Saint Augustine, His Age, Life and Thought, Meridiann Books, New York, 1960. Y, Étienne Gilson, Introduction à l’étude de saint Augustin, Vrin, París, 1943.
[4] Cfr. Benjamín Domínguez, El sueño y su resentimiento, Óleo sobre tela, 130 x 150cms. La obra es parte de una colección privada, sin embargo la «Revista de la Universidad de México» le dedicó un reportaje gráfico, el cual puede verse en: http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/4307/4307/pdfs/43reportaje.pdf
[5] Cfr. Martín Heidegger, El ser y el tiempo, Traducción de José Gaos, México, F.C.E., 1986.
[6] Octavio Paz nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914 y murió en ese mismo lugar el 19 de abril de 1998.
[7] Octavio Paz, La revelación poética, México, Ediciones Elaleph.com, pp. 3 a 4. La
[8] Stéphane Mallarmé nación en París el 18 de marzo de 1842 y murió en ese mismo lugar el 9 de septiembre de 1898.
[9] Stephane Mallarme, «Aparición» en Poesía francesa. México-Cuba, El caballito ediciones, 1973, p.26.
[10] Ezra Pound nació en Estados Unidos el 30 de octubre de 1885 y murió en Venecia, Italia, el 1 de noviembre de 1972.
[11] Ezra Pound, «En una estación del metro» en Seis poetas de lengua inglesa, México, SEP-Setentas, 1976, p.21.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Sep/24: encerrón
lunes, 14 de septiembre de 2009
«Casi con certeza, dios no existe» en «God is not Great»
martes, 8 de septiembre de 2009
Maleducar?
«El Colegio es muy grande,
nos levantamos muy temprano,
hablamos únicamente en inglés,
te mando un retrato del edificio…»
Ya no robaremos juntos dulces
de las alacenas, ni escaparemos
hacia el río para ahogarnos a medias
y pescar sandías sangrientas.
Ya voy a presentar sexto año;
después, según las probabilidades,
aprenderé todo lo que se deba,
seré médico,
tendré ambiciones, barba, pantalón largo…
Pero si tengo un hijo
haré que nadie nunca le enseñe nada.
Quiero que sea tan perezoso y feliz
como a mí no me dejaron mis padres
ni a mis padres mis abuelos
ni a mis abuelos Dios. [«El amigo ido» de Salvador Novo]
jueves, 20 de agosto de 2009
Del catálogo a la entrevista
- Obra inédita del maestro Emilio Carrasco, interpretada por Edgar Adolfo García Encina
- Soy el mismo creador, aunque invertí más años en un cuadro que en otro
- La imaginación suelta mucho, pero me gusta más lo que transpira, señala
Fuente: http://www.lajornadazacatecas.com.mx/?_f_=getIndiv&id=22674
Texto de Araceli Rodarte.
lunes, 27 de julio de 2009
Words are not the word
Es como si yo, al haberme dedicado a la literatura, hubiera utilizado todos los símbolos sin comprender en realidad su significación. Ya para mí no tiene una importancia vital. Las palabras han dado muerte a las imágnens o las han escondido. Una civilización de palabras es una civilización malsana. Las palabras crean la confusión. Las palabras no son la palabra... El hecho es que las palabras no dicen nada, si se me permite expresarme así... No hay palabras para las experiencias profundas. Cuanto más trato de explicarme, menos me comprendo. Naturalmente que no todo es imposible de decir con palabras: únicamente la verdad desnuda. [Ionesco en su Diario]
jueves, 23 de julio de 2009
El último día: los tiburones
jueves, 16 de julio de 2009
Pregunta escencia-L
[George Steiner en «Los disidentes del libro», Los logócratas]
martes, 7 de julio de 2009
Prolegómeno lectural a Gabriela Suárez del Real (2de2)
lunes, 6 de julio de 2009
Prolegómeno lectural a Gabriela Suárez del Real (1de2)
miércoles, 24 de junio de 2009
Memoria Universitaria o el Quehacer del Recuerdo [3de3]
martes, 23 de junio de 2009
Memoria Universitaria o el Quehacer del Recuerdo [2de3]
Hay palabras que existen de siempre; que fueron concebidas en los momentos sin tiempo haciéndose grandes, poderosas o temerarias; que viven a costa de las manecillas del reloj o esperan el embrujo que las reviva del olvido. Prevalecen, también, palabras que nos son propias, de feudo significativo individual dado ya por la cultura, ya por la tradición, ya por la familia, ya por experiencia vivencial. De la misma forma que poseemos el lenguaje gozamos la vida; lo que el destino dio, provee y devendrá… Al recorrer ese puente el ayer es tan propio y ajeno como el hoy o el mañana. Somos, ergo, por la tradición y la novedad. [v/d] Así como existen palabras que deben cuidarse, también hay tiempos que deben velarse/develarse. Recuerdos, acciones, individuos que custodiarse, violando la ignorancia, el polvo o la estulticia. Guerras perdidas, lecturas somnolientas, amores conquistados que no presenciamos, no obstante nos conforman. Parafraseando a Octavio Paz, los ojos, los sentidos, la memoria al ver, al sentir, al recordar esto o aquello, confirman la realidad de lo que ven, de lo que sienten, de lo que recuerdan, tanto como su propia realidad. Reconocimiento mutuo: me reconozco en lo que reconozco, en lo que digo, en lo que veo, en lo que recuerdo. [v/d] En ese auto reconocimiento la memoria hace su trabajo. Por ejemplo, digamos «Fidencio Díaz de la Vega». Un hombre que ignoramos lugar, fecha de nacimiento y muerte; sin embargo sabemos fue un extraordinario maestro de pintura y director en lo que fuera entonces el Colegio San Luis Gonzaga, luego Instituto Literario de Zacatecas. Estamos, por así decirlo, al corriente de su formación en las ciudades de Veracruz y México y su llegada a esta entidad, además de su labor en la serigrafía, publicidad y más. Intuimos que sus alumnos le tuvieron gran aprecio y murió en la capital de nuestro estado, no sin dejar escuela y muestra de su purista trabajo.
Uno de los retratos de Santos Degollado y el de Ignacio Zaragoza, fueron ejecutados por don Fidencio Díaz de la Vega. Aunque su obra alcanza una excelente calidad, sólo existen actualmente en Zacatecas algunos de sus cuadros, precisamente en la universidad donde se conserva su memoria. [CP] Tras haber permanecido cerrado durante dos años, el 1868 reabrió sus puertas el Instituto Literario de Zacatecas, intitulado ya como Instituto Literario de García. Fue en ese año cuando probablemente Díaz de la Vega llegó a Zacatecas a hacerse cargo de la cátedra de dibujo. Se distinguió por su notable trayectoria educativa, pues fue prefecto del Instituto, vice-director en 1873 y posteriormente su [bis] director en 1874. La tradición universitaria le recuerda por su bonhomía y actitud paternal con los estudiantes; sabemos que fue autor de una considerable obra pictórica que sin embargo ha sido poco conocida. Un retrato de este personaje se conserva en la pinacoteca de la Universidad Autónoma de Zacatecas, al igual que una de sus dos mesas revueltas. [CP] Hasta ahora no se había consignado que Fidencio fue durante muchos años alumno de la Academia de San Carlos y trabajó directamente bajo la dirección de Pelegrín Clavé. No hemos averiguado la fecha ni el lugar de su nacimiento, pero es muy probable que haya muerto en esta ciudad de Zacatecas. [CP] Su obra fue prolífica y todavía a principios de la década de los 60 del siglo XX, se conservaban varias de sus piezas en las colecciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, heredera de la Academia de San Carlos, que fueron catalogadas por don Manuel Romero de Terreros. Las obras son de varios tipos, como correspondía a la que producían los estudiantes en el proceso de su formación. [CP] Por ejemplo se han enumerado sus óleos, copias de otras obras: una Virgen de Belén, copia de P. de Cortona; Piernas de un ángel, copia de Podesti; El divino Salvador, copia de Flores; [bis] [CP] Óleos originales del autor: El apóstol Santiago, el Menor; Santiago Apóstol; Media figura de Abraham; San Sebastián; Juan Guttenberg; Juan Sancio enseñando a pintar a su hijo Rafael –siendo éste quizá el más reconocido de sus trabajos-; San Miguel venciendo a Luzbel y, finalmente, Las tres Marías en el sepulcro del Salvador.
De cualquier manera, su presencia en la vieja escuela de San Carlos debe ser anterior, pues en la fecha que hemos anotado, sus destrezas no eran precisamente las de un novicio. En pintura y dibujo del natural obtuvo don Fidencio dos menciones honoríficas en 1854, y al año siguiente consiguió, por un par de cuadros premiados, la pensión de la academia y un tercer lugar en la clase de desnudo tomado del modelo vivo. Fueron varios los reconocimientos similares que recibió el pintor durante su estancia en la academia, la cual se extendió, por lo menos, hasta 1857.
lunes, 22 de junio de 2009
Memoria Universitaria o el Quehacer del Recuerdo [1de3]
lunes, 8 de junio de 2009
Qué diablos!
Cancionero Tradicional Argentino de Horacio Jorge Becco (comp.)
miércoles, 27 de mayo de 2009
jueves, 7 de mayo de 2009
Algo de L. A. Guichard
/ Todo estaba repartido desde el principio / A la jirafa, un corazón de pozo profundo / A Ulises el divino, los nudos de su balsa / A cada siglo, su propio cuchillo afilado / A cada máscara, un solo personaje / Al agua, no pasar del cuello / Al vértigo, la inmovilidad si la desea / Al llanto de Demócrito, la risa de Heráclito / A los amigos, más de lo posible / A la hija única, todas las fotografías de su madre / A los padres de todos, que nada cambie demasiado / Al día, la amenaza del infinito / A las vacas de peluche, el mito de Europa / A la tierra plana, otras cosas bellas que no existen / A la ciudad, un círculo, una línea y buena suerte / A los libros, que valgan al menos lo mismo que un minuto de realidad / Al camello, el reino de los cielos directamente / Al lugar en se nace, una maleta con una brújula / Al lugar en que se muere, otra (y juro que existen) / A la mierda, tantos años de hambre / A Narciso, un estanque limpio / A los caminos laterales, que se vuelvan centrales / (y a los centrales, que se vayan de fiesta) / A la luz, ser monopolio de un solo sentido / A los amantes, hacer largo su viaje / A los poetas jóvenes, tres manuales de métrica / A los poetas mayores, ver lo que veía Rilke / A la alegría, una manzana, un Buda y un relámpago / Al azar, todo lo demás./
miércoles, 6 de mayo de 2009
J.G.Ballard, muerto a los 78 años
De las Presentaciones de libros
Jan Saudek, Marriage presentaciones de libros Notas para un ensayo Edgar A. G. Encina No recuerdo donde leí a Mario ...
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[ «Descripción de la muy noble y leal ciudad de Zacatecas» de Bernardo Portugal, 1795 ] Del plano de la ciudad de Zacatecas existen, por lo...
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Uno tiende a inventar y a contar mentiras no con el fin de engañar o proceder de mala fe sino para no dejar morir su imaginación, escribe Fe...