De
diccionarios y perros de mirada carnicera
Desenfunda que Te voy a hacer una autocrítica, Perroantoinio
Edgar
A. G. Encina
Artículo publicado en la revista Crítica. Fondo y Forma, p.39.
Habrá dicho la crítica que se trata de
una imagen graciosa o encantadora y que forma parte de la recreación
fragmentada de vida de algunas de las mujeres del xviii. Habrá sentenciado el análisis profundo que el puro y
simple retrato es una muestra del sentimentalismo femenino, decorado por
colores suaves y valiosos tonos. Habrá fallado la calificación que Woman Reading by a Paper–Bell Shade (1766,
óleo sobre lienzo, 76.2 x 63.5 cm) de Henry Robert
Morland (Inglés,
1730-1797), perteneciente a la colección del Yale Center for
British Art [britishart.yale.edu],
es
vibrante por su calidad. Habrán escrito eso y más, seguramente, los
profesionales del ver y hablar de las artes.
Sin embargo, lo que me
pregunto es qué hace que esta Woman
Reading… se sonroje, porque –seguro- habrás notado lo enrojecido de sus
mejillas. Para ello tengo dos respuestas. La primera es la sencilla; lo que produce
el rubor en su rostro es la lectura de un pasaje impúdico, algo cachondo, de
esa novela seguramente cortesana. La segunda es más aturdida; imagino que
debajo de la mesilla, allá donde la pintura no alcanza, un perro «de mirada
carnicera» le muerde la pantorrilla y lo que atestiguamos es el primer síntoma
de algo que le llevará a la incapacidad de mentir, a «escribir textos tóxicos e
insultantes… a la bebida, a la antipatía y a la inobservancia de los días del
Señor», hasta llegar a la inconstancia, impaciencia e intranquilidad, lo que le
dificultará para «abordar proyectos que duren más de cuarenta y ocho horas».
¿Por qué lo sé? Porque
así lo atestigua Perroantonio, «la versión furiosa de José Antonio Blanco (Baracaldo, 1961)», en la introducción
«En donde se explica el porqué de este diccionario, más o menos, y se le echa
la culpa a un perro», por el cual redactó el fiero libro con sentencial título;
Te voy a hacer una autocrítica.Diccionario para entender a los humanos (Trama,
2016).
Acoto. No afirmo que Perroantonio diga que nuestra Woman Reading… sea mordida por un perro; eso sería un despropósito,
la pobre mujer estaría en agonía desde hace 244 años con un saludo a la
eternidad. Lo que digo es que el «poeta breve pero intenso» ya diagnosticó
algunos tópicos de esta enfermedad, también ocasionada por dejar de escribir e
«incorporar a su currículo los éxitos ajenos», como anota el editor en la
portadilla que presenta a Perroantonio. Así que, amable lector, la imprudente
conjetura de la mordida me la atribuyo.
Amén de no caer en el
error de comentar o recomendar el diccionario Te voy a hacer una autocrítica porque temo hablar desde la:
academia.
Consejo de ancianos formado por artistas, escritores y filólogos al que la
autoridad pública encarga la tediosa tarea de entorpecer la natural evolución
de las Artes y las Lenguas.
O ser un
cabecilla. De
cabeza dura, pocas luces y habilidad innata para conducir a sus seguidores
hacia el precipicio. Como a las gambas, a los cabecillas se los descabeza.
Con:
identidad
cultural: Tufo a ritos y costumbres que se excreta para ser identificado por la
manada propia. Sólo funciona en las distancias cortas. A partir de los 10
metros puede reemplazarse por una camiseta de fútbol.
Pero, sin:
nariz.
Probóscide respiratoria valvular que permite a los humanos husmear en las vidas
y bragas ajenas pero les impide detectar los olores y miserias propias. Se usa
también para sujetar las gafas. | Apéndice olfativo que permite a los expertos
detectar en un vino aromas florales y a dinero.
Con temor en caer en la clasificación
de:
Zutano. Hijo
segundo de Fulano y Fulana de Tal u nieto de Perico de los Palotes. Es hermano
mayor de Perengano y menor de Mengano. Soltero. Sin trabajo. Sin perspectivas.
Un Don Nadie.
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