miércoles, 30 de mayo de 2018

Un libro sobre los Servicios Bibliotecarios en Universidades


11 Lecciones para la Biblioteca Universitaria


Edgar A. G. Encina
Profesor-investigador de la Unidad Académica de Letras, Uaz,
y conductor de la columna universitaria para radio y multimedios «Certezas y Paradojas»
Artículo publicado en la revista Crítica. Fondo y forma.



La librería «Spleen & Ideal» de Xalapa, Veracruz, ha puesto en mis manos una rareza. Se trata de un libro de 110 x 170 mm., 96 páginas y editado en 1959 por la Imprenta Universitaria bajo la dirección de Rubén Bonifaz Nuño (Córdoba, 1923-2013), poeta que recuerda que «No es una desgracia abrir los ojos | ni tener despiertos los deseos | y estar triste y solo y pensando». Se trata de Servicios Bibliotecarios en Universidades de Alicia Perales Ojeda (México, 1922.1994). Al libro lo acompañó una postal de la Ciudad de las flores y la tarjeta de presentación del negocio.
La autora, por un lado, fundadora del Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía de la Facultad de Filosofía y Letras, en la Unam, destacó por su producción cimentada en la enseñanza e investigación de las materias. «Crear, desarrollar y mejorar», ha escrito Meneses Tello (Boletín del ibb, 2013), fue el eje que llevó a Perales Ojeda a centrarse en el análisis de la bibliografía mexicana.
         La obra, por su parte, es clave para el entendimiento, la conservación, el fomento y la supervivencia de las Bibliotecas en México. Su división interna comprende «El servicio de consulta», «Es préstamo de libros a domicilio», «El servicio de libros en reserva», «El servicio de hemeroteca», «El servicio de material no impreso», «El préstamo interbibliotecario» y «El intercambio de publicaciones».
         Dije en las primeras líneas que Servicios Bibliotecarios en Universidades era una rareza porque en los catálogos de las instituciones de educación media y superior no se encuentra, ni éste ni otro de los títulos de la investigadora. Quizá haya alguno en la Biblioteca Pública Central Mauricio Magdaleno, pero sin catálogo en línea y con la carga vehicular en caos total ¿quién tiene tiempo? Aún, la Biblioteca Central de la uaz posee de Perales Ojeda La cultura biblioinformática septentional (unam, 1981), La cultura bibliográfica en México (iib, 2002) con presentación de Ernesto de la Torre Villar (Tlatlauquitepec, 1917-2009) y Asociaciones literarias mexicanas: siglo xix (Centro de Estudios Literarios, 1957). Así que, bueno, con presunción acoto; además de ser una rareza, también es una joya en los libreros de mi personal estudio.
¿Y, por qué es tan importante la edición, además de reseñar los servicios que puede ofrecer una Biblioteca universitaria, privada o pública? Estas son las lecciones que responden:
  1. Tradicionalmente, las bibliotecas universitarias han sido centros de erudición y de trabajo.
  2. En ellas se ha despertado el deseo de administrarlas y organizarlas cada vez mejor, desde todos los ángulos de su servicio.
  3. Estos propósitos de mejoramiento se ha filtrado a otros tipos de bibliotecas, por eso se dice que su adelanto técnico ha nacido siempre en el seno de las universitarias.
  4. En México, no puede ser de otra manera.
  5. Las conquistas de los servicios bibliotecarios se obtienen primero en la biblioteca universitaria.
  6. En México, la Asociación de Bibliotecas y Bibliotecarios de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior tiene por objeto «resolver» problemas técnicos, económicos y administrativos.
  7. El profesorado, los laboratorios y las bibliotecas son para las universidades modernas el punto clave para su desenvolvimiento educativo.
  8. Las Bibliotecas Universitarias son el espejo del prestigio cultural e intelectual de sus instituciones.
  9. El adelanto de las diferentes técnicas de investigación da como resultado el horizonte de actividades de los profesionales bibliotecarios.
  10. Sin importar el tamaño, toda biblioteca moderna debe ofrecer el abanico de servicios aunque no los pueda establecer a la vez
  11. El impreso trata de señalar las mejoras que pueden hacerse en el servicio bibliotecario (en la década de 1960), conforme a las posibilidades de que dispone cada biblioteca.

Una acotación final.
Las bibliotecas del futuro cercano están transformándose. Responden a la alfabetización informal de la generación del milenio, una que no depende igual de los libros físicos como los lectores tradicionales. Las exigencias de esos nativos digitales se basan en demandar soportes que les provean mayores y mejores competencias para desarrollar otras habilidades. La metamorfosis gradual de esas bibliotecas, que en algunos países les ha llevado a diseñarlas sin un solo libro, pasa por el convivio de los libros y sus pares digitales, junto con una extensa plataforma de redes y servicios de internet de calidad. Seguro que en las Universidades se lo están planteando, aunque las penurias financieras lastren.



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