Tesis sobre la salud
15
temas dispuestos por Sigifredo Esquivel Marìn
(Monhegan’s Schoolteacher, Jamie Wyeth (EUA; 1946) 2000-04)
Edgar
A. G. Encina
Artículo publicado en el semanario Crítica. Fondo y forma.
En la mesa de novedades el título
despuntaba: El yoga como filosofía.
Rodeado por otros más, éste era el único ejemplar que, además, llevaba un una
nota agarrada con un clip que ponía «ejemplares agotados». De inmediato, llevado
por el incrédulo morbo, pregunté al chico que atiende si era verdad la
sentencia allí o era una estrategia de mercadotecnia. Le causo gracia. «No
-aseveró como con burlona autoridad-. Ya no quedan más ejemplares. Los que han
llegado se han ido. ¿Por qué todos dudáis?» Tenía razón y todos los que
habíamos preguntado también teníamos cierto motivo razonado; era no dar crédito
o no comprender cómo era que ese título era el único agotado en la librería de
la Facultad de Filología. Junto a los Savater, los Eco y cientos otros; al lado
de estudios del lenguaje, de la poética de tal o cual, de la historia medieval
de aquel país o de las relecturas de ese personaje fundamental; ese era el
único título agotado y ya es qué decir.
Esta
semana Sigifredo Esquivel Marín ha redactado sus «15 tesis sobre la salud»
motivado por un breve cuestionario que le enviara días atrás. Creo que ha sido
de los encuestados al que más sui generis
-por ponerlo así- tema le ha tocado abordar y, a su vez, ha sido el primero que
decidió tomar en cuenta lo que le cuestionaba pero irse por su propia avenida.
¡Bien aventurado! En sus palabras responde de mi intriga por aquel título
agotado y exhibe como todo está a la venta, en grandes vidrieras luminosas. Si
al inicio, lector, notas el tono psicoanalítico no desfallezcas; que al avanzar
Esquivel Marín nos pone delante del cine como una ventana dolorosa de la
dolorida realidad y nos lleva a sitios que nunca están de más dialogar.
Aquí
las «15 tesis sobre la salud»:
1.
La salud es un proceso integral
autopoético que conecta individuo y entorno, y en tanto proceso integra la
enfermedad, la vida y la muerte. Hoy que el mundo humano está enfermo, el
individuo está enfermo; las enfermedades del cuerpo por más graves que sean no
son sino síntomas que aluden a las enfermedades de alma. El alma de nuestro
tiempo está gravemente enferma. Y esto no es ningún alarmismo pesimista, es la
constatación del mundo en el que estamos inmersos.
2.
Hoy que no se cree en el espíritu ni
tampoco en el alma, las enfermedades espirituales son las más graves, vivimos
en un mundo desalmado. La banalización, la barbarie, la violencia, la estupidez
son algunas de las manifestaciones de las patologías superiores de nuestro
tiempo. La obesidad, la desnutrición, la anorexia y la bulimia, el estrés, las
adicciones, representan algunos síntomas corporales de la devastación social
creciente.
3.
La cultura New Age (y sus pócimas y
placebos) ofrece un repertorio amplio de remedios para la infelicidad y
carencia espiritual, pero los remedios no son sino vulgares remedos,
convertidos en mercancías lucrativas; la espiritualidad como marca registrada.
Las religiones portátiles y a la carta radicalizan el narcisismo posmoderno
infantilizado.
4.
El sistema-mundo-capitalista se
constituye como el horizonte de realización de la utopía más apocalíptica; la
ciencia ficción es cosa de niños comparada con la hecatombe social y ecocida
que se aproxima.
5.
Yoga y Meditación pueden ser dos
herramientas de subjetivación existencial que permitan religar ser humano y
mundo desde un equilibrio dinámico y orgánico, empero en sus prácticas modernas
occidentalizadas enfrentan los peligros y desafíos de la cultura New Age y de
la creación de burbujas higiénicas de cristal. No obstante ninguna propuesta
con sentido de salud o armonía humana puede darse al margen de la re-conexión
del individuo, la sociedad y el mundo de vida.
6.
El deporte en una sociedad sedentaria se
convierte en un verdadero lujo, tener tiempo libre es la cosa más preciada por
una sociedad hacendosa y competitiva que no hace sino matar literalmente el
tiempo. El tempo de los antiguos nos está vedado a los hombres que tenemos un
frenesí absurdo. La prisa de la hiper-modernidad va a tono con el
hiper-consumo. Todo se vuelve hiper, incluyendo la vida misma que ahora es
supervivencia. Somos sobrevivientes de nosotros mismos –al menos eso
intentamos.
7.
El cine –según Deleuze, el arte de
pensar radicalmente el mundo– describe mejor que nada el estado de devastación
de la salud, la vida y la supervivencia humana contemporánea. El cine representa
hoy las patologías humanas en su caldo de cultivo en crudo y al rojo vivo.
8.
Encuentro tres películas que dan cuenta
de forma paradigmática de la condición humana en su coyuntura liminal extrema:
Niwemang (Media luna) y Lâkpošthâ ham parvâz mikonand (Las tortugas pueden
volar) de Bahman Ghobadi, y Saghâ-ye velgard «Perros vagabundos», titulada en
español como «Los niños del fin del mundo», de Marzieh Meshkini son tres obras
maestras donde el ser humano se confronta con situaciones limítrofes bajo un
horizonte poético trascendente. A diferencia del cine occidental, el cine
oriental que en la actualidad no deja de tener una fuerte influencia e
intertextualidad occidental, aún tiene la potencia de mostrar detalles
singulares únicos, discretos e intransferibles.
9.
Por lo demás la creación artística y
literaria no ofrece respuestas de fondo a la crisis de sentido de nuestro
tiempo; sus fórmulas soteriológicas de una religión laica son gestos bellos,
trágicos, desesperados, retóricos e impotentes ante la devastación de sentido.
Aunque la tragicidad de su belleza no deja de ser fuente discreta de sentido.
10. La
ausencia radical de sentido instaura la experiencia del ser contemporáneo. El
mundo contemporáneo radicaliza la ambivalencia, aporía, contradicción, opacidad,
fractura y quiebra indesmontables e infranqueables.
11.
Una sociedad narcótica es la otra cara
de una sociedad neurótica que sufre pero es incapaz de aceptar el sufrimiento.
La cultura del confort y la comodidad está en todos los ámbitos; el confort y
la comodidad actuales alargan la agonía del sufrimiento.
12.
Si algo perjudica el lugar de ayudarnos,
son los libros de autoayuda, que literalmente son libros de hetero-ayuda, pues
nos dicen qué y cómo hacer las cosas, evitan la molestia de pensar por cuenta
propia, empero sin malestar no hay pensamiento crítico. Prótesis físicas y
mentales que nos convierten en inválidos intelectuales, autómatas consumistas
consumidos.
13.
El arte de la sobrevivencia constituye
una de las formas fundamentales de la existencia humana actual.
14. La
esperanza –como la utopía, como el horizonte– se presenta como alma en pena que
se ausenta inmisericordemente. Darse el tiempo libre para soñar otro mundo
compartido más justo forma parte de un proyecto de vida singular-plural que hoy
da risa o bien da miedo, porque el superviviente no se reconoce en el rostro
del otro.
15.
La vida humana aparece hoy como el gran
tema y problema de nuestro tiempo. Pensar la vida es pensar la fragilidad
esencial.
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