Armar sin desarmar
Notas a la primera feria del
libro virtual/digital en México
Edgar A. G. Encina
Artículo publicado en la revista electrónica Quehacer
Al momento de redactar
estas líneas ninguna fuente oficial ha confirmado que la Primera Feria Virtual/Digital
del Libro será en Zacatecas. Tampoco lo han negado. Es posible que el mutismo responda
a la celebración de las xxiii Jornadas
Lopezvelardeanas 2020 que requiere atención distinguida y no desean factores
aledaños disminuyendo la atención y/o que a partir de esa experiencia es que
medirán los cómo, cuándo y para qué de lo que vendrá. La indecisión es notoria
desde el adjetivo.
Ha sido un final de fotografía entre Zacatecas y
Chihuahua, lo que indica también que el ejercicio puede ser a la par, y será organizado
entre los Institutos Culturales estatales y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Esta última, en voz de su coordinadora de ferias Lilia
Ponce León, se ha pronunciado capacitada para el evento pues han elaborado una
estrategia de márquetin y soporte-plataforma digital que les permitirá
atender hasta 600 usuarios por minuto. De entre lo que se espera, no haya costo
por envió.
Hasta
aquí el tema pasa por decolorada información que va a la agenda histórica de
las nuevas realidades 2020. El color aparece cuando sabemos que los estados inmiscuidos
se lo han pensado acusando temas de financiamiento y a que las experiencias con
la caniem no han sido del todo
satisfactorias, porque —digámoslo como es— lo mejor de las últimas Ferias de
Libro, salvo una excepción por anualidad, vinieron de las producciones locales,
de las propuestas independientes y de la imaginación institucional que hizo
maroma, teatro y música para cobijar las tristes carpas de agremiados que
siempre se quejan de las ventas.
En
el entorno existen retos, sobre todo por la exposición de actividades que se
duplican, empañan y distraen auditorios. Apremia a mutar a formatos
interactivos, vitales y propositivos. Hacer del modelo tradicional el punto de
inicio para mostrarse nuevo, sin acartonamientos ni idiosincrasias tan del
siglo pasado. Esto lo saben los organizadores y el público, ávido de productos
e interactividad, pero ¿lo sabrán los participantes?
Personalmente
aplaudo una Feria Virtual/Digital del Libro. Se aprende en el camino; son
tiempos para la novedad y la propuesta. Empero, bien valdría considerar ampliar
la invitación en pro de la bibliodiversidad. Un ejemplo es la Red de Librerías Independientes, que ofertan más de 80 mil títulos entre nuevos y no tanto; opción
distinguible frente a los intereses trasnacionales de caniem. La Reli,
representa un vínculo real y tangible con la producción nacional, pues se ha
ido estableciendo como puente con editoriales, promotores y creadores
independientes, no sólo con distribuidores bibliográficos. Son una voz que
canta ranchero el desierto —en palabras de la abuela—. El tema de la Feria no
pasa ya sólo por la divulgación-promoción; se trata fundamentalmente de
fortalecer la industria nacional del libro que vive tormenta y va en una
barcaza que se hace añicos.
Otro
ejemplo son los productores locales; editoriales, promotores, librerías,
autores libres e independientes. La empresa editorial local urge sostenibilidad
y este evento colaboraría en las finanzas y en la ampliación del consumo local.
Marco sólido. Hay ejemplos exitosos del modelo virtual en otras ciudades, no
las cito porque son contextos distintos, pero Zacatecas bien puede ser fórmula
de implementación nacional donde todos caben ponderando lo propio, lo «íntimo [del]
decoro». La aparición de grandes obras y de enormes autores no es por
generación espontánea, pues además de los factores individuales también hubo
otros comunales que permitieron su existencia, uno de ellos es la cultura
letrada que nace de lo regional, porque lo regional es excéntrico.
Días
atrás nos enteramos de que Compostela en España organiza también lo suyo con el
lema: «No contagian, pero enganchan». Allí lo tienen. Fino, elegante, dirigido:
el producto es el libro y el interés es local-nacional; un correo a nuestros
editores y libreros sumarán para bien, sin duda, y marcarán la trayectoria a un
2021 aún con Covid, pero bien leído.
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