jueves, 20 de febrero de 2025

Los XXX preceptos de "La biblia de los bibliófilos"

 

Maria van Oosterwyck, Religious Still Life (detalle), Oil on canvas, 1668.




XXX Preceptos de
La biblia de los bibliófilos
(por Víctor Infante)
(Madrid: Turpín Editores, 2013)

 

Primer precepto:

No leer en la cama.


Segundo precepto:

No poner notas marginales, a menos que sea un Coleridge.


Tercer precepto:

No doblar las puntas de las hojas.


Cuarto precepto:

No cortar con negligencia los libros nuevos.


Quinto precepto:

No garabatear vuestro interesante y precioso autógrafo en las páginas de título.


Sexto precepto:

No poner en un volumen de un peso, una encuadernación de cien pesos.


Séptimo precepto:

No mojar la punta de los dedos para dar más fácilmente la vuelta a las hojas.


Octavo precepto:

No leer comiendo.


Noveno precepto:

No fiar los libros preciosos a malos encuadernadores.


Décimo precepto:

No dejar caer sobre el libro las cenizas del cigarro, y aún mejor no fumar leyendo. Esto perjudica la vista.


Jean-Philippe Delhomme, Stack of Books, Oil on canvas, 23x17cms.


Undécimo precepto:

No arrancar de los libros los grabados antiguos.


Duodécimo precepto:

No colocar vuestros libros sobre el borde exterior o canal, como se hace recurrentemente cuando se lee y se interrumpe momentáneamente la lectura, en vez de tomarse el trabajo de cerrar el libro después de haber puesto una señal.


Decimotercer precepto:

No hacer secar hojas de plantas dentro de los libros.


Decimocuarto precepto:

No tener los estantes de las bibliotecas encima de los picos de gas.


Decimoquinto precepto:

No sostener los libros sujetándolos por las tapas.


Decimosexto precepto:

No estornudar sobre las páginas.


Decimoséptimo precepto:

No arrancar las hojas de guarda de las tapas.


Decimoctavo precepto:

No comprar libros sin valor.


Decimonoveno precepto:

No limpiar los libros con trapos sucios.



Sir William Nicholson, Flowers and Books (for Siegfried Sassoon), Oil on canvas, 40x29cms.1929.


Vigésimo precepto:

No tener los libros encerrados en arquillas, escritorios, cómodas, ni armarios: tienen necesidad de aire.


Vigesimoprimer precepto:

No encuadernar juntos dos libros diferentes.


Vigesimosegundo precepto:

EN NINGÚN CASO sacar las láminas y los mapas de los libros.


Vigesimotercer precepto:

No cortar los libros con horquillas para el cabello.


Vigesimocuarto precepto:

No hacer encuadernar los libros en cuero de Rusia.


Vigesimoquinto precepto:

No emplear los libros para asegurar las sillas o mesas cojas.


Vigesimosexto precepto:

No arrojar los libros a los gatos, ni contra los niños.


Vigesimoséptimo precepto:

No romper los libros abriéndolos enteramente y por fuerza.


Vigesimoctavo precepto:

No leer los libros encuadernados muy cerca del fuego o de la chimenea, ni en la hamaca ni embarcado.


Vigesimonoveno precepto:

No dejar que los libros tomen humedad.


Jeanneret Roger Constant, Nature morte aux anémones, 1930.


Trigésimo (e derradeiro) precepto:

No olvidar estos consejos.



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